PAL COLMADO VOY, VOY, VOY
Hoy me levante con la Castellana en la cabeza, también con la Pradera; con el Ensanche Ozama; con Dulce Mi Vieja, me levante con el rojo, azul y el blanco. No quise perder tiempo en la casa, y me fui con Mila Isabel, como de costumbre, a realizar nuestra ronda por el barrio, a la vez, que le metíamos kilómetros a su cochecito. Al parque, allí fue que fuimos a parar; allí la nostalgia volvió a atracarme el corazón y los pensamientos, esa maldita nostalgia que lo único bueno que tiene es que me refresca la cara de mis padres; de mis hermanos, amigos, familiares.
Se armó una lucha encarnizada, entre la Nostalgia y yo, que no sé como la Policía no llego al parque, tampoco sé como Mila Isabel no se despertó. Cada vez que pretendía ignorarla con Arturo Pérez-Reverte y Un Asunto de Honor, volvía la impertinencia de la maldita nostalgia y me abofeteaba los sentimientos. De repente, mi corazón habló tan alto, que sentí la entonación de sus palabras en mi pecho, me dijo, bueno le dijo a la nostalgia: ¡SOLO FALTAN 22 DÍAS!
Ella ignorante al fin, no comprendía, así que volvía a su labor, pero para sorpresa de ella, ya sus dardos envenenados no me afectaban, de repente me inmunicé. La alegría me invadió o me vacuno, que sé yo. Y es que quiso decir “Solo 22 días para regresar a la isla; solo 22 días para estar con ellos; solo 22 días para besar, abrazar y confraternizar; solo 22 días para ir al colmado y así comencé a cantar PAL COLMADO VOY, VOY, VOY!
¡Coño, pero si ya son casi las 12:30 p.m! Mila, vamos a comer
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