Te pido perdón 2019.
TE PIDO PERDON 2019.
En Año Nuevo Chino, olvídelo
todo. Los chinos advierten que durante estas celebraciones no se
puede hablar sobre hechos pasados, solo del futuro, ya que hablar de lo que pasó
es considerado de mala suerte[1].Pese a no ser o ser muy poco supersticioso, voy a subordinarme a esta advertencia China
y me dispongo a escribir con celeridad antes de que se dé formal inicio a las
celebraciones del nuevo año, no quiero una conjura en el 2020, ya que la del 2019
bastó.
Yo: Tenía semanas repasando en mi
mente la retahíla de insultos que por orden alfabético te tenía reservado. Te confieso con alegría y seguridad que incluso ofenderían al más pérfido y ruin.
2019: Pero, ¿por qué? No
entiendo, peor aún, era ajeno a que el equipaje que traían mis días eran
causante de un daño a tu persona.
Yo: No seas irónico, salvo que
seas un idiota, cosa que no dudo.
2019: Créeme, mi intención jamás fue
hacerte lo que alegas sin decir.
Yo: Gracias a Dios!. No me
imagino si fuese lo contrario. Hipócrita! Al menos dime la razón. ¿Dónde fallé?
¿A quién ofendí? ¿Qué omití hacer? ¿Qué hice que no debía?
2019: Nunca se trata de eso. No
te confundas. Aprovecha la lectura del libro ´´Pregúntale a Platón´´. Cambia la forma de pensar y de recibir lo que
recibes.
Yo: Ja!, ahora tenemos un 2019 filósofo.
Filosofastro sin duda sí eres. Increíble tu consejo. Es como quitarle la comida
a un niño y decirle no llores de hambre, es mental tu hambre. Que rabia me das!
2019: Escúchame! Yo solo traigo
la carga que Dios, en el urdimbre de su plan perfecto me coloca para cada
quien. No tengo autoridad para descargar lo que Él carga. Él, al igual que a
ti, me creo.
Yo: ¿De qué hablas? ¿Le echas la
culpa a Dios ahora?
2019: Te digo lo que es.
Yo: Unju si
2019: Hablemos con franqueza. No
es conmigo que tienes problemas. Lo tienes tú solo. Yo sabía que esta conversación
la tendríamos. ¿Recuerda lo que te comenté de la carga que tienen mis días? Lo
bueno de este acontecimiento no es que puedas desahogarte, sino del aprendizaje
que te vas a llevar.
Yo: ¿Qué aprendizaje hablas?
2019: Mira, no voy a darte una
cátedra de religión o tratar de que entiendas cosas que son esotéricas, pues
están reservadas a revelarse únicamente por nuestro creador y su voluntad de que
entiendas las causas de tus supuestos males que te traje son aun extemporáneas.
Yo: ¿Supuestos males? Acaso, ¿quedarse
sin trabajo y privarse de cosas que siempre han sido naturales no es un mal?
2019: ¿Qué cosas naturales? ¿Me
puedes dar un ejemplo?
Yo: Uno no, varios si quieres.
2019: Pues si estás dispuesto a
darme más de uno, mejor.
Yo: Jugar golf siempre ha sido
natural para mí. Buena propina al caddy, alguna que otra apuestilla. Ahora
lo tengo que dosificar para no romper mi endeble finanza. Impensable jugar un
torneo.
Trattoria de Casa de España. Mi
presencia allí era recurrente. Ordenábamos pizza de rúcula y prosciutto;
pollito con papita para Daniela; lasaña para Mila e Hilda. Después venían los
postres, el café cortado, los helados, etc.
Caprichos constantes en Amazon.
Viajes
2019: Uff, muchas cosas
ciertamente. Pero, ¿Y?
Yo: ¿Y? ¿Ahora quieres saber de
otra privación menos material y más humana, una de transcendencia mayor?
2019: Claro! Que no se te quede
nada. Al final necesitas desahogarte y yo tratar de entender tu afán de
vejarme.
Yo: Mi padre. No te voy a mencionar
a mi abuela, esa muerte la entiendo y hasta la desee para que no siguiera
sufriendo.
2019: Sí! La verdad que Dios me
hizo espacio para llevarme estas dos personas que amabas, perdón, que amas. Te
niegas a que mueran en tus pensamientos. Eso no es malo.
Yo: ¿Entonces apruebas mi pensar
y sentir?
2019: Para nada. Te falta
entender, te falta cambio de actitud.
Yo: Infame!, Eso es lo que eres.
2019: Te lo digo de todo corazón.
Aunque no lo creas, hasta nosotros, el tiempo, tenemos corazón. No somos
impasible, ni apático. Parsimonioso sí, todo a su tiempo.
Después de escucharte y verte
contenido para no escupirme todas las maldiciones que me tienes, déjame darte
mi parecer y forma de ver los hechos. Lo haré en el mismo orden que usaste de
menor importancia a mayor importancia, a pesar de que yo lo hubiese hecho al revés.
Golf, Amazon, viajes, restaurantes, etc. Te has quejado de que has tenido que suspender o reducir
estas cosas naturales (para usar tus propias palabras). Lo primero y es lo que
no has visto, es que son naturales para ti, no para todos. ¿Acaso mis colegas (2018,
2017, 2016, 2015, 2014,………) no te lo dijeron? ¿Sabes que lo que gastas en una
ronda de golf es más de lo que necesita una familia para desayunar, comer y
cenar? ¿Acaso sientes esa misma hambre? Al parecer, tu queja no es relevante. ¿Estarías
de acuerdo conmigo?
Yo: Bueno, sí, así es.
2019: ¿Crees que esas familias
saben lo que es una pizza de rúcula y prosciutto? ¿O han probado un Valentino?
Yo: Me quedo mudo ante tan
crueles pero reales preguntas.
2019: Tus viajes. Haces
referencia a tus viajes como la cosa más natural y se conjugan ante ti la
tristeza, la nostalgia, la rabia, la impotencia al ver muchos amigos pasando la
Navidad en destinos exóticos, muchos de los cuales ya has visitado.
Te quejas por menos golf, pero te
ha servido para estar más tiempo con tus hijas. No poder ir comerte tus comidas
en restaurantes ha permitido que le hagas sándwiches a tus hijas y con esto,
has recibido la adulación sincera de ellas. No te he permitido viajar para que
pudieras terminar tú ante proyecto de tesis. Estas viendo el vaso medio vacío.
¿Acaso es rabia que debes tener
conmigo o agradecimiento con mis colegas menores, agradecimiento con Dios? Te
traje, de la mano de tu otra madre, el libro titulado ´´La Magia´´ con un
propósito. Sigue estudiándolo, te va a servir de mucho.
Te he mandado muchos mensajes
para que reflexiones, para que te des cuenta de lo afortunado que eres. Incluso
te quité tu trabajo para darte otro de más importancia, uno que podrás usar
como referencia con tus hijas. Sabes a lo que me refiero. Lo hiciste bien!
Yo: ¿Hablas de mi papá?
2019: Sí, y así paso a lo de
mayor importancia. Me culpas de llevarme a tu papá, de no permitirle verte
graduarte, ni de poder acompañarte en la boda de tus hijas y de cuantas cosas
más que ni tú ni yo sabemos si pasarán. Me culpas en vano y muy
precipitadamente.
¿Acaso no te impedí verlo sufrir?
¿Acaso no te permití que permanecieras con él a tiempo completo en su final?
¿Acaso no te permití descubrir que él era lo más importante para ti? No
entiendo porque el odio hacia mí.
Mira, a veces no somos capaces de comprender
las situaciones que nos visitan. Damos por hecho que las circunstancias
desfavorables son una especie de castigo. Nada más falso que esta creencia
ancestral. Mis 365 días de vida han contenido una carga para hacerte más
fuerte, más sabio. Mi colega mayor te hará más feliz. Esto incluso te lo mandé
en tu chat familiar vía tu madre.
Ni yo, ni mis colegas venimos con
el propósito de dañar o hacer sufrir. Simplemente venimos con carga y la
liberamos. Tu tarea, con la ayuda de Dios, es lidiar y sacar el mejor
aprendizaje de ella.
Ahora te voy a dar varias razones
para que veas lo errado que estás y hagas énfasis de las cosas que no te quité.
1. Sigues
durmiendo bajo un techo cálido y seguro.
2. Tienes quien
se preocupe por ti.
3. Tienes comida
en tu mesa.
4. Todos tus
sentidos están intactos. Puedes ver, sentir, escuchar, oler y degustar.
5. Abriste los
ojos y allí estaban tus hijas, esposa, madre y hermano.
6. Tus hijas
recibieron la visita de Santa Claus.
Sigo?
Yo: No, es suficiente! Quiero
manifestarte mi errar y pedirte perdón para la torpeza de mis razonamientos.
Ahora que te veo agonizando y que en principio me daba alegría verte morir,
solo deseo agradecerte por todo antes de que el reloj te acabe de matar porque
me has enseñado con magistral pedagogía que solo me protegías y me ayudabas.
Estoy seguro, gracias a ti, que
si algún colega tuyo vuelve a traerme una carga parecida, lo veré con nuevos
ojos. Te pido perdón 2019.
Vete en paz 2019!